El programa conjunto apoyó al Gobierno de la República Unida de Tanzania a expandir su programa insignia nacional de protección social: la Red de Seguridad Social Productiva de Tanzania (RSSP). El programa utilizó subvenciones en efectivo condicionadas para promover el empleo a través de programas de obras públicas. También, concienció sobre la planificación familiar y la importancia de la educación primaria y secundaria para salir de la pobreza extrema.
Mujeres beneficiarias asisten a capacitaciones sobre alimentación de lactantes y niños pequeños
Tanzania ha registrado un crecimiento económico promedio de 6-7% al año desde 2001. Pero el número de personas pobres ha seguido creciendo debido al bajo impacto del crecimiento económico en la reducción de la pobreza y el alto crecimiento de la población. Con la excepción de algunos avances en áreas como la reducción de la mortalidad infantil y la matrícula escolar, las mejoras en el desarrollo humano en Tanzania han sido marginales. La tasa de pobreza solo ha disminuido del 34,2% en 2007 al 26,8% en 2016. La mayoría de la población de Tanzania todavía tiene poco o ningún acceso a agua potable, servicios básicos de saneamiento y salud, escuelas, así como los servicios de comunicación y transporte. Todos estos factores obstaculizan el desarrollo económico local. El rápido crecimiento de la población y las altas tasas de fertilidad contribuyen aún más a la pobreza, especialmente en las zonas rurales.
Según la OIT, la cobertura de seguridad social en Tanzania es inferior al 1% para toda la población y alrededor del 6,5% para la población con empleo formal. Casi todo el sector informal no está cubierto por ninguna forma de seguridad social. Como resultado, la mayoría de la población, incluidos los trabajadores del sector informal, los trabajadores independientes y los desempleados, no tienen protección en caso de una emergencia. Para abordar la pobreza, el Gobierno de Tanzania decidió ampliar uno de sus programas: la Red de Seguridad Social Productiva de Tanzania (RSSP), para llegar a todas las personas que viven por debajo de la línea de pobreza alimentaria. El objetivo fue permitir que estos hogares tuvieran acceso a alimentos, ingresos y servicios de salud, con un enfoque centrado en las mujeres embarazadas y los menores de 5 años. La RSSP también tuvo como objetivo aumentar la inscripción y la asistencia escolar. En el momento de la formulación del programa, la RSSP llegaba al 15% de las personas más pobres, con un número de beneficiarios directos de 5.222.309. El número total de mujeres beneficiarias era de 2.674.794, lo que representa el 52% del total. La RSSP proporcionó dinero en efectivo a hogares pobres y vulnerables, con la condición de su uso en servicios de salud y educación, junto con oportunidades para obtener ingresos adicionales a través de proyectos de obras públicas.
La población de Tanzania todavía tiene poco o ningún acceso a agua potable, saneamiento básico y servicios de salud
La estrategia se desarrolló a solicitud del Gobierno para expandir la RSSP y mejorar la eficiencia del programa. El programa e centró en fortalecer la coordinación intersectorial, la implementación y los sistemas de entrega para apoyar medios de vida sostenibles y mecanismos de resiliencia para la reducción de la pobreza. Fue diseñado en consulta con el Ministerio de Finanzas y el Fondo de Acción Social de Tanzania (FASTA) para llenar los vacíos en la RSSP y apoyar la sostenibilidad de los resultados.
El programa promovió un enfoque integral de la pobreza y la desnutrición, donde las agencias de la ONU trabajaron estrechamente con los socios nacionales para mantener los esfuerzos de erradicación de la pobreza en los hogares. Cada agencia de la ONU aportó sus ventajas comparativas en la incorporación de la perspectiva de género, la nutrición, la planificación familiar y el empleo juvenil. El enfoque se centró en el apoyo del Marco Nacional de Protección Social; mejorar la RSSP fortaleciendo su implementación; y el fortalecimiento de los medios de vida sostenibles y los mecanismos de resiliencia para los beneficiarios de la RSSP a través de capacitación y divulgación.
El programa puso a prueba varias actividades mediante la introducción de los instrumentos de participación comunitaria “Stawisha Maisha” para los beneficiarios de la RSSP en dos distritos: Unguja North B (Zanzíbar) y el Consejo del Distrito de Mbeya (continente). “Stawisha Maisha” tuvo como objetivo mejorar las sesiones comunitarias de la RSSP al involucrar a las mujeres beneficiarias, cuidadoras y abuelas en la alimentación de bebés y niños pequeños. El programa también presentó “Pilot Cash Plus”, centrado en jóvenes adolescentes extremadamente pobres. Este programa les ayudó a realizar una transición exitosa a la edad adulta al proporcionar ayudas en efectivo y formación en capacidades para la vida. Además, el programa apoyó al personal del personal del FASTA, ayudando a fortalecer los vínculos entre los mecanismos de la RSSP y sus participantes.
Las actividades apoyaron al FASTA, que tiene un sistema descentralizado y aproximadamente 1,1 millones de hogares inscritos en el continente de Tanzania y Zanzíbar. El programa se centró en fortalecer los sistemas de entrega, incluidos los vínculos con los servicios y programas de nutrición. El programa ayudó al FASTA a desarrollar la actividad piloto “Stawisha Maisha”. En total, 10.272 beneficiarias de la RSSP fueron capacitadas con un enfoque especial en la alimentación de lactantes y niños. Además, 986 miembros del personal del FASTA a nivel de sede central, distrito y centro de salud recibieron capacitación sobre el uso del kit de herramientas y el monitoreo de los grupos. El programa conjunto también brindó asistencia técnica al FASTA para revisar y actualizar su estrategia de comunicación y promoción. Todo ello mejoró la comprensión del programa de la RSSP entre diferentes audiencias, incluidos los beneficiarios del programa y los responsables políticos involucrados en el diseño de la segunda fase del programa.
La beneficiaria Amina Kificho recibe un pago en efectivo que ayudará a sus hijos a recibir servicios médicos
El programa mejoró los materiales de capacitación de la RSSP, aumentando la implementación y permitiendo a los hogares pobres y vulnerables ganar más y ser más autosuficientes. Un total de 1.273 beneficiarios fueron destinados a sesiones de sensibilización sobre planificación familiar en el continente y en Zanzíbar. Este modelo piloto de mejora de los medios de vida se centró en el asesoramiento y la información, la capacitación de los funcionarios de extensión y el personal para proporcionar asesoramiento básico y orientación a los beneficiarios. El piloto abordó la escasez de servicios de extensión, la falta de acceso al mercado y la información sobre las actividades de mejora de los medios de vida, y las habilidades y conocimientos limitados de los beneficiarios.
En total participaron 529 beneficiarios de 10 aldeas en Kibaha DC y Unguja. El programa también desarrolló mecanismos sostenibles de medios de vida y resiliencia para 1.000 jóvenes (52% de mujeres) a través del fortalecimiento de las habilidades empresariales y la prestación de apoyo posterior a la capacitación. Las oportunidades económicas mejoraron los medios de vida de estas personas y sus hogares. Además, 1.040 jóvenes de entre 10 y 24 años se beneficiaron de sesiones sobre salud sexual y reproductiva. La iniciativa proporcionó no solo dinero en efectivo, sino también capacitación en habilidades para la vida, educación y servicios de salud reproductiva, tutoría y apoyo durante la difícil transición a la edad adulta.
En términos de apoyo institucional, el programa conjunto trabajó con el Ministerio de Trabajo de Zanzíbar para llevar a cabo una capacitación diseñada para mejorar la coordinación, la aplicación y la capacidad de implementación de las intervenciones de protección social a nivel de gobierno local, ministerial y de agencias. El programa ayudó al Gobierno de Zanzíbar a desarrollar una política de protección infantil que garantizara la coordinación de los problemas relacionados con los niños, reforzara las sinergias y evitara la duplicidad de tareas. A nivel nacional, las agencias de la ONU apoyaron la redacción del Marco de Protección Social.
Durante la implementación del programa, varias instituciones gubernamentales, incluido el FASTA, estaban en proceso de reforma, lo que causó demoras en la implementación de las actividades. Se brindó apoyo técnico al FASTA para acelerar la implementación del desarrollo del Marco y Manual de Mejora de los Medios de Vida, así como una nota conceptual sobre un modelo de medios de vida sostenibles y sensibles al género para la RSSP. Las consultas periódicas con los socios ayudaron a identificar los desafíos y condujeron al apoyo donde era necesario.
La demora y no aprobación del Marco Nacional de Protección Social limitó la capacidad de la ONU para dar un apoyo. El Gobierno decidió desarrollar una nueva política Nacional de protección social y fusionarse con el Marco Nacional de Protección Social. La OIT y UNICEF apoyaron la revisión del Gobierno de su política nacional de seguridad social (2003) y desarrollaron un sistema de protección social más integral. El desarrollo de una política nacional de protección social más sólida creará esfuerzos de protección social más estables y con asignación presupuestaria.
El programa aportó un enfoque renovado e integral sobre la pobreza, la desigualdad, la distribución del ingreso, la gobernanza y la inclusión social en Tanzania. El enfoque multisectorial y de múltiples actores a través del piloto “Stawisha Maisha” resultó exitoso y se expandió. El programa utilizó las estructuras existentes para mejorar la apropiación nacional y la sostenibilidad. El FASTA mejoró la calidad de sus mecanismos de monitoreo, evaluación y presentación de informes para garantizar la sostenibilidad de los resultados del programa. Además, la Oficina del Primer Ministro mejoró la eficacia de su coordinación de protección social a nivel sectorial y nacional. El modelo piloto “Cash Plus” tiene un alto potencial de réplica ya que ha mostrado resultados positivos para apoyar a los jóvenes pobres en su transición a la edad adulta segura.
Kazijya Kila, una de los participantes del programa, comparte su experiencia sobre cómo mejoró sus habilidades empresariales y comenzó su propia actividad generadora de ingresos
