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Febrero 15, 2016
"La igualdad de género beneficia a toda la sociedad, no sólo a las mujeres"



Esta entrevista fue publicada en el número de Enero/febrero de 2016 de la revista RL, del Colegio Oficial Oficial de Graduados Sociales de Valencia. Si quieres leer más, pulsa aquí.

 

Ha dedicado usted una parte importante de su carrera profesional a las políticas de género. desde su carrera profesional a las políticas de género. Desde su experiencia, ¿En qúe punto nos encontramos?

Creo que ha habido grandes avances en materia de igualdad de género. Probablemente el más importante sea el reconocimiento de que la igualdad beneficia a toda la sociedad, no sólo a las mujeres. Pero los avances también dependen mucho de cada país, del contexto social y el ámbito de la igualdad de género.

Sin ninguna duda el reconocimiento del derecho al voto para las mujeres ha marcado un hito en la historia. Pero hay muchos otros ámbitos en los que hay que seguir trabajando.

 

Por ejemplo, las políticas contra la violencia de género están hoy presentes, de algún modo, en los marcos normativos de la mayor parte de los países. Sin embargo, las políticas de igualdad económica y política, que incluyen mayor participación de las mujeres en los ámbitos económicos, igualdad salarial y acceso a cargos de decisión, se encuentran aún en una fase más primigenia. Hay mucho camino por recorrer en este aspecto.

 

Dicho esto, las políticas y las normativas son un primer paso necesario. Pero para que los cambios sociales se produzcan, a veces se precisa de mucho tiempo y de mucha voluntad por parte de toda la sociedad. Por último, creo que no hay que olvidar que incluso dentro de cada país hay grandes diferencias. Por ejemplo, en el Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas estamos trabajando con mujeres en comunidades en países en desarrollo donde el acceso femenino al empleo, la justicia o incluso la identidad propia son muy reducidos.

 

Con frecuencia contemplamos estadísticas que hablan de la desigualdad entre hombres y mujeres en las condiciones de trabajo, ¿cómo está España en este sentido con respecto al resto de Europa?


Mi experiencia en este momento es a nivel internacional y, particularmente, trabajando a través de la cooperación internacional. Ahí le puedo indicar que España ha sido referente en políticas de igualdad de género durante décadas para muchos países. Éste es el caso por ejemplo de los programas para la lucha contra la violencia de género, especialmente desde la aprobación de los primeros planes contra la violencia a mediados de la década de los 90. Lograr la igualdad de salarial y en condiciones de trabajo es una de las tareas más difíciles, algo común a la mayor parte de las sociedades.


Por ejemplo, según los datos de la OECD, la diferencia salarial en España es del 8,65%, por encima de países como Nueva Zelanda (5,62%) o Bélgica (6,41%), pero por debajo de países como Estados Unidos (17,91%), Finlandia (18,73%) o Corea del Sur (36,60%). Políticas que contribuyen a la conciliación de vida laboral y familiar son centrales para lograrlo y para ello es muy importante trabajar directamente con las empresas para hacer ver el valor de estas políticas y el impacto positivo a corto, medio y largo plazo. Afortunadamente, cada vez más empresas están dándose cuenta de que las políticas de conciliación son tremendamente positivas para las mujeres y para los hombres, para sus familias y, sobre todo, para las propias empresas y para toda la sociedad.

 

¿Cuál sería el referente? ¿En quién nos tenemos que fijar? ¿Hacia dónde debemos ir?

 

Creo que no hay un solo referente. Cada sociedad debe encontrar soluciones políticas que permiten afrontar sus desafíos y esa es precisamente una de las claves de las políticas de género efectivas, que se adaptan al contexto social, cultural y político. Para avanzar en la igualdad de género es importante, en primer lugar analizar las causas y las formas que toma la desigualdad. Eso es lo que hacemos en nuestros programas del Fondo ODS que mencionaba anteriormente.

 

Por ejemplo, iniciamos un nuevo programa en Perú para promover la inclusión de los productores de quínoa. Aunque la demanda ha incrementado sustancialmente en los últimos años todavía esto no se ha traducido en un incremento sustancial de las condiciones de vida de sus productores. Tras un análisis de género, observamos que aunque gestionan el 20,3% de las unidades de producción, solo el 4,7% de las productoras agrícolas femeninas tienen títulos de propiedad a su nombre. Por ello una de las prioridades será trabajar para promover un mayor reconocimiento de la propiedad femenina de las unidades de producción.

 

¿Qué opina de los Graduados Sociales como profesionales? ¿Cuál cree que debe ser su función social?

 

En mi opinión, los graduados sociales tienen un papel muy importante. Un buen ejemplo es cómo pueden contribuir a promover la igualdad de género en el mundo laboral, como profesionales del derecho pero también como agentes de concienciación.

 

En primer lugar, son centrales por su papel dentro del entorno de trabajo, por la asesoría que realizan en materia de derechos laborales. En este sentido, deben asegurar que las normativas de igualdad de género se tengan en cuenta y se implementen.  Pero por otro lado, como profesionales deben ser capaces de promover la igualdad de género más allá de lo que está recogido en las leyes, como agentes de concienciación hacia la sociedad, intentando que más empresas, instituciones y trabajadores se den cuenta de que la igualdad genera réditos sociales y económicos. Si a ello se suma el contacto directo con la realidad laboral de la sociedad, creo que pueden ser claves para identificar los cuellos de botella que obstaculizan una mayor igualdad entre hombres y mujeres.