El Fondo ODS ha cerrado sus operaciones. Esta web sirve como plataforma de conocimiento y diseminación.
Advertencia: Este sitio web está cerrado. Tenga cuidado con las solicitudes fraudulentas de pagos o certificados por phishing o ingeniería social. Explore nuestras áreas de programa.
Puede visitarnos en jointsdgfund.org

Estudio de Caso

Revitalización cultural productiva en la costa caribe nicaragüense


SDGs ADDRESSED

Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico Objetivo 17: Alianzas para los objetivos

Este estudio de caso se basa en las lecciones aprendidas del Revitalización cultural y desarrollo productivo creativo en la Costa Caribe Nicaragüense
Lee mas



SECCIONES

Socios del proyecto

https://www.sdgfund.org/sites/default/files/styles/large/public?itok=LHCXNrsS
https://www.sdgfund.org/sites/default/files/styles/large/public?itok=LHCXNrsS
https://www.sdgfund.org/sites/default/files/styles/large/public?itok=LHCXNrsS
https://www.sdgfund.org/sites/default/files/styles/large/public?itok=LHCXNrsS
https://www.sdgfund.org/sites/default/files/styles/large/public?itok=LHCXNrsS

1. RESUMEN

La intervención tuvo como objetivo impulsar el desarrollo económico en las regiones autónomas de la Costa Caribe a través de la revitalización de la cultura. Se trató de encontrar formas de generación de ingresos para promover el empoderamiento y el arraigo cultural de los pueblos indígenas y los grupos afrodescendientes del Caribe Nicaragüense: miskitus, mayangnas/sumus, ulwa, ramas, creoles y garífunas.

Para fortalecer la institucionalidad, entre otras actividades se conformaron los centros integrados de cultura y el Fondo de Investigación para la Revitalización de la Cultura. Se habilitó una red de promotores culturales y ocho centros comunitarios de cultura, que beneficiaron a 5.000 jóvenes, niños y niñas. Por otro lado, se fortalecieron las instancias culturales de los gobiernos autónomos de la Costa Caribe y sus relaciones con el Instituto Nicaragüense de Cultura, creándose las secretarías de cultura. Todos estos esfuerzos se complementaron con la formulación de la Política  Cultural de las Regiones Autónomas y el establecimiento de un sistema de indicadores culturales de los pueblos indígenas y afrodescendientes, compuesto por 123 indicadores culturales.

También, se potenció la herencia cultural a través de la promoción del turismo responsable y sostenible, capacitando a más de 700 jóvenes en creación artística y 600 emprendedores turísticos.

El presente estudio de caso tiene como propósito exponer aprendizajes, resultados y ejemplos prácticos, a fin de reforzar el conocimiento sobre los programas de desarrollo para promover el crecimiento económico inclusivo.

El programa potenció la herencia cultural a través de la promoción del turismo responsable y sostenible

El programa potenció la herencia cultural a través de la promoción del turismo responsable y sostenible

2. SITUACIÓN INICIAL

En las regiones autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua habitan pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades étnicas, asentados principalmente a lo largo del litoral y en las márgenes de los numerosos ríos.

La pesca, la extracción maderera y la minería dan sustento a la economía de estas regiones, donde los servicios básicos de salud, educación, agua potable y electricidad siguen ausentes en muchas áreas. Los municipios y territorios de la región tienen distintos niveles de aislamiento y exclusión física, social, política y cultural. Las demandas de infraestructura vial y de servicios básicos no son aún satisfactorias en Nicaragua y la inversión pública sigue siendo insuficiente. A nivel político y administrativo, la población costeña está inmersa en un proceso de construcción de autonomía, que aún presentaba -en el momento en que se redactó este estudio de caso- las contradicciones propias de los procesos electorales, que terminan debilitando la institucionalidad en desarrollo.

Sin embargo, son regiones que, a pesar de las brechas de equidad originadas por las condiciones de extrema pobreza, cuentan con un alto potencial económico por la riqueza cultural de su población.

3. ESTRATEGIA

La intervención buscó reducir las brechas de inequidad en el desarrollo humano, cultural, social y económico de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe Nicaragüense a través de la revitalización cultural, el desarrollo productivo y la profundización en el conocimiento y el ejercicio de derechos culturales. El programa fue uno de los instrumentos para la implementación de la política de cultura del Gobierno de Nicaragua y de la Estrategia de Desarrollo de la Costa Caribe. La estrategia giró en torno a los siguientes ejes:

  • Fortalecer las capacidades de revitalización, producción y gestión cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe Nicaragüense.
  • Fortalecer las políticas culturales para la revitalizar y promocionar la diversidad cultural y  proteger el patrimonio cultural.
  • Generar estudios sobre el patrimonio cultural material e inmaterial.
  • Fortalecer las identidades culturales a través de emprendimientos culturales y creativos.
  • Potenciar la herencia cultural a través de la promoción de un turismo cultural responsable y sostenible, que contribuya al desarrollo social y a la preservación del patrimonio tangible e intangible.

Además de agencias de la ONU, participaron también en la implementación del programa ocho alcaldías, siete gobiernos comunales y territoriales, y las universidades de las regiones autónomas: la Bluefields Indian and Caribbean University (BICU) y la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN). La Secretaría de Desarrollo de la Costa Caribe (SDCC) fue designada por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) como ente articulador y facilitador del diálogo político y estratégico entre las autoridades regionales, el Gobierno central de Nicaragua y Naciones Unidas.

Se capacitó a mujeres y hombres artesanos en temas de emprendimiento y de especialización técnica

Se capacitó a mujeres y hombres artesanos en temas de emprendimiento y de especialización técnica


4. RESULTADOS E IMPACTO

Fortalecerlascapacidades de revitalización, producción y gestión cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe Nicaragüense.

Para acercarse a la comunidad y no partir de ideas erróneas, se comenzó por la actualización de seis diagnósticos sobre la oferta cultural y creativa de la zona, uno por cada población participante en el programa. Esto se logró mediante la elaboración de una metodología de diagnóstico y de mapeo cultural, capacitándose en su uso a las organizaciones locales a cargo de la realización de dichos diagnósticos. Sin embargo, no se logró dar cobertura a las comunidades ubicadas en las áreas geográficas más alejadas y de difícil acceso, dada la limitación de recursos asignados a esta actividad y por la ubicación dispersa de las mismas.

Una vez que se contó con información veraz y actualizada, se organizaron los programas de formación, comunicación y fortalecimiento de las organizaciones locales. Se seleccionaron cuatro categorías culturales del patrimonio inmaterial en peligro de desaparición: la lengua (twahka, ulwa, garífuna, miskitu), celebraciones tradicionales (May pole, Emancipación de la esclavitud, King Pulangka), el saber natural (toponimia y gastronomía rama) y el conocimiento artesanal (barro, kúa, arco y flecha, madera de rosa).

El programa, en coordinación con la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN), desarrolló cursos de gestión cultural para jóvenes y mujeres líderes de  las comunidades, formándose 118 gestores culturales. Con el objetivo de asentar a ese personal comunitario capacitado, se constituyeron legalmente 12 organizaciones de promoción cultural.

Por otro lado, teniendo en cuenta la tendencia a la oralidad en las comunidades, un total de 220 personas participaron en la producción de 22 programas de radio, que beneficiaron a más de 60 escuelas. Se conformó una red de jóvenes y adolescentes comunicadores en 18 comunidades. Los programas radiofónicos fueron utilizados como espacios lúdicos de participación para dar continuidad al proceso de revitalización cultural en las escuelas.

Se habilitó una red de promotores culturales y ocho centros comunitarios de cultura, beneficiando a 5.000 jóvenes, niños y niñas. Estas infraestructuras se ubicaron en los siguientes lugares: Región Autónoma del Atlántico Norte; Waspam, Prinzapolka (Alamikamba), Sakalwas (Bonanza), Bilwi (creole), y en la Región Autónoma del Atlántico Sur: Pearl Lagoon, Corn Island, Rama-Kay y Sandy Bay. Gracias a estos centros, 718 jóvenes participaron en 50 cursos de creación artística en diferentes temáticas.

Se construyeron y habilitaron dos centros integrados de cultura en Bilwi y en Bluefields para servir como espacios de divulgación cultural, museos y mercados artesanales. Se desarrolló un proceso participativo para la elaboración del diseño arquitectónico de los centros, teniendo en cuenta los principios de la arquitectura tradicional local.

 

Fortalecerlaspolíticaspara la revitalización y promoción de la diversidad cultural y la protección del patrimonio cultural.

Después de la intervención, las autoridades nacionales, regionales, municipales y comunales incorporan políticas, planes y programas favorables a la revitalización y gestión de los bienes culturales y a la creación, producción y difusión de productos creativos. Se formuló la Política Cultural para las Regiones Autónomas en el primer semestre de la intervención. En la Región Autónoma del Atlántico Norte esta política fue aprobada por el Consejo Regional Autónomo. Cómo parte del proceso de formulación de la política cultural regional, se elaboraron 17 planes de desarrollo cultural, contribuyendo al fortalecimiento del Instituto Nicaragüense de Turismo. De los ocho planes formulados en la Región Autónoma del Atlántico Sur, cuatro fueron planes estratégicos de desarrollo cultural y cuatro de carácter operativo, teniendo en cuenta las particularidades de los pueblos rama, ulwas, creole y garífuna.

Se diseñó y estableció el Sistema de Indicadores Culturales de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes, compuesto por 123 indicadores culturales. Una tarea que quedó pendiente fue que las instituciones de gobierno, como el Instituto Nacional de Información del Desarrollo, incluyeran los indicadores de la oferta cultural y el impacto de la cultura en el desarrollo en sus propios procesos y análisis.

Por otro lado, se fortalecieron las instancias culturales de los gobiernos autónomos de la Costa Caribe y sus relaciones con el Instituto Nicaragüense de Cultura. Se instalaron las secretarías de cultura de los gobiernos regionales. Después de la intervención, estas estructuras fueron incorporadas al presupuesto regional, y contaron con sus respectivos manuales operativos de organización y funcionamiento, debidamente aprobados por los gobiernos regionales autónomos. Estas secretarías mantienen desde entonces una coordinación de trabajo con el Instituto Nicaragüense de la Cultura para el fomento del desarrollo cultural y creativo.

Para fortalecer el sistema educativo autonómico regional en asuntos culturales y diversidad lingüística, los contenidos de preescolar y primaria se revisaron, contextualizaron y tradujeron a cuatro lenguas maternas de las áreas seleccionadas. Además, se capacitó a 43 instructores de los centros participantes en temas de interculturalidad. Un total de 927 personas, entre docentes, madres y padres de familia participaron en talleres culturales organizados en las escuelas.

En este sentido, también se fortaleció la participación de estudiantes en las actividades implementadas por el programa. Mediante un convenio de colaboración entre las universidades participantes, el Instituto Nacional Tecnológico de la Región Autónoma del Atlántico Norte y el Ministerio de Educación, se estimó que cerca del 30% de las actividades fueron ejecutadas con el apoyo de unos 200 pasantes. Esta apropiación de las iniciativas por parte de los estudiantes es también un factor clave de sostenibilidad.

 

Generarestudiossobre el patrimonio cultural material e inmaterial.

Se crearon y divulgaron estudios sobre el patrimonio cultural y la diversidad de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe. El primer paso consistió en organizar el inventario de los estudios ya existentes, que registró 37 colecciones, 1.302 libros y 1.893 artículos. Adicionalmente, se publicaron diez estudios que contribuyeron de manera muy positiva a las estrategias de desarrollo cultural de los seis pueblos participantes. Paralelamente, se elaboró el Plan de Conservación del Patrimonio Documental de la Costa Caribe, con la participación de los gobiernos regionales, alcaldías y centros de investigación.

Para complementar estos esfuerzos, se conformó el Fondo de Investigaciones para la Revitalización Cultural, en colaboración con la Bluefields Indian & Carribbean University. El Museo Histórico Cultural de la Costa Caribe, institución adscrita a la universidad, asumió el rol de equipo operador junto con el acompañamiento de las Secretarías de Cultura y el Instituto Nicaragüense de Cultura. Durante la intervención, el Fondo de Investigaciones facilitó recursos financieros y técnicos a 64 proyectos de investigación en los territorios seleccionados.

Fortalecerlasidentidadesculturales a través de emprendimientosculturales y creativos.

La información arrojada por el inventario puso de manifiesto la necesidad de propiciar entre los artesanos un proceso de apropiación sobre el valor cultural de su trabajo y de las destrezas tradicionales en peligro de caer en desuso. Por ello, se capacitó a 78 mujeres y hombres artesanos en temas de emprendimiento y de especialización técnica, constituyéndose 17 grupos de producción de artesanía. Se revitalizaron los oficios tradicionales en palo de rosa, kua, barro y arco y flecha. Se promocionó el desarrollo de 12 nuevas líneas artesanales, como resultado del trabajo conjunto entre artesanos, artistas y diseñadores profesionales. También se fortalecieron 20 empresas culinarias locales, lo que supuso la capacitación de 68 mujeres y 11 grupos sin ánimo de lucro en planes de negocio.

Además, se diseñaron cuatro centros de comercialización de los productos culturales en Corn Island, Bluefields, Laguna de Perlas y Bilwi. Para fortalecer la comercialización de estos artesanos, 10 empresas fueron capacitadas en la creación de páginas web para la venta de sus productos.

De manera paralela, el programa puso a disposición de las micro, pequeñas y medianas empresas (micropymes) un fondo de crédito rotatorio. Se entregaron créditos a 98  micropymes que contaban con planes de negocios viables -el promedio de  financiamiento por iniciativa fue 3.386 dólares americanos-.

 

Potenciar la herencia cultural a través de la promoción de un turismo cultural responsable y sostenible, quecontribuya al desarrollo social y a la preservación del patrimonio.

En un primer momento, se identificaron nueve rutas con alto potencial turístico, que abarcaron 26 comunidades. Una vez que ya se dispuso de esta información, se realizaron seis obras de infraestructura comunitaria y se formularon las normas de uso de algunos de los espacios públicos, a fin de facilitar la atención al turista de manera sostenible.

Se elaboró un plan de promoción de los productos turísticos culturales y cuatro planes de recuperación de bienes culturales inmuebles para el manejo y gestión del patrimonio histórico arquitectónico, que se incluyeron en los planes de desarrollo municipal. También se llevaron a cabo talleres relacionados con la hospitalidad, la atención al cliente y la gestión sostenible del patrimonio cultural y natural, capacitando a un total de 118 emprendedores turísticos.

5. RETOS

  • Mientras que la participación de diferentes agencias de Naciones Unidas demostró ser una metodología multidimensional muy eficaz a la hora de conseguir resultados, sus diferentes sistemas administrativos generaron incompatibilidades y problemas de comunicación. Esto puso de manifiesto la necesidad de diseñar un plan administrativo conjunto para definir cauces y procedimientos compartidos a fin de reducir costos y gestionar de manera más eficiente. Hay que garantizar que, desde el principio, los programas cuenten con una estrategia de comunicación entre los actores claramente definida, que permita transmitir a todos los destinatarios una comprensión del mismo, más allá de eventos puntuales de promoción.
  • El tiempo de ejecución del programa se consideró insuficiente, dada la complejidad de los temas, los objetivos y los procesos. Estos plantearon grandes desafíos en cuanto a los cambios de comportamiento de la población.
  • El desfase de tiempo entre la presentación de las propuestas de diseño y la ejecución de las obras de los centros integrados de cultura expuso problemas de planificación, presupuesto y cronograma del proyecto. Un reto fue la falta de personal local cualificado en la construcción. Para superar esta deficiencia, se capacitó en oficios de construcción a un total de 38 personas.
  • A pesar de diseñar un sistema de indicadores culturales, quedó como tarea pendiente su incorporación a las estadísticas nacionales, como una línea de trabajo especializada para la Costa Caribe.
  • La rotación de personal en iniciativas de media o larga duración -mayores a dos años- genera vacíos de información y procesos de adaptación largos, que solo pueden ser solventados con estrategias de información permanente y el mantenimiento de una memoria institucional actualizada. Hay que diseñar mecanismos para evitar la pérdida de recursos humanos y técnicos formados durante el proceso del programa, para garantizar la sostenibilidad de las formas organizativas iniciadas y las buenas prácticas.
La pesca, la extracción maderera y la minería dan sustento a la economía de la Costa Caribe de Nicaragua

La pesca, la extracción maderera y la minería dan sustento a la economía de la Costa Caribe de Nicaragua


6. LECCIONES APRENDIDAS

  • El programa constituye una referencia exitosa de la capacidad y el impacto de Naciones Unidas cuando sus agencias trabajan de manera coordinada y multidimensional. Cada una aportó sus conocimientos y experiencia. Sin embargo, para que la intervención sea exitosa es muy importante que los roles sean claros y se establezcan acuerdos sobre los objetivos comunes, consiguiendo un aprendizaje mutuo por parte de las agencias e instituciones vinculadas.
  • La cuestión de la representación dentro la comunidad es siempre problemática. El término “comunidad” a menudo se usa como si representara a una estructura homogénea, clara y definida. Sin embargo, oculta un abanico de intereses particulares en términos de posición económica, condición étnica, equilibro de género y edad. Es fundamental acercarse a las comunidades teniendo en cuenta estas complejidades y no partir de hipótesis erróneas.
  • Es importante fomentar la participación activa y el diálogo entre los beneficiarios en la elaboración de las estrategias, metodologías y procesos para que se logre la aceptación y apropiación de los proyectos. Es precisamente esta apropiación un elemento vital para la sostenibilidad de las acciones. No debe haber nada “impuesto”, y se debe fomentar la capacidad de liderazgo de los actores locales, que son quienes impulsarán el progreso del proyecto.
  • Para asegurar una mayor apropiación y sostenibilidad, es importante que los programas de desarrollo se vinculen o se sumen a las estrategias nacionales en marcha o políticas públicas establecidas.
  • El sector privado y el enfoque en la cadena de valor han de tener un lugar privilegiado en los procesos inclusivos de acceso al mercado. Un aliado estratégico para la vinculación del sector privado y la generación de economía de escalas es la Cámara de Comercio.

7. SOSTENIBILIDAD Y POTENCIAL DE RÉPLICA

Las intervenciones de revitalización cultural productiva impulsadas por este programa pueden constituir una referencia para el resto de proyectos que se ejecuten en Nicaragua, así como para otros países. Esta intervención es especialmente relevante por la participación y el empoderamiento comunitario, principalmente de los grupos indígenas. Se involucró a las organizaciones de la sociedad civil, los representantes indígenas y los grupos de mujeres, que contribuyeron al proceso de manera activa. Es precisamente esta apropiación una cuestión vital de cara a la sostenibilidad de las acciones. Esto sirvió de manera significativa para la toma de decisiones, proceso en el que las comunidades no fueron consideradas como simples beneficiarias sino como colaboradoras y gestoras de su propio desarrollo.

Los gobiernos de los ocho municipios contrataron personal para apoyar las actividades de los centros culturales construidos. Cada centro comunitario cultural y centro integrado de cultura se diseñó junto con sus respectivos planes de sostenibilidad, construidos de forma participativa desde cada comunidad. El Gobierno Regional de la Región Autónoma del Atlántico Sur asignó recursos del tesoro a su presupuesto para asegurar la finalización del Centro Integrado de Cultura. Se estima que la contribución presupuestaria es del 79% de un presupuesto global de 758.000 dólares, aproximadamente, lo que representa el  compromiso del Gobierno de Nicaragua y del Gobierno Regional hacia la sostenibilidad de las acciones. A nivel regional, se institucionalizaron las secretarías de cultura, que cuentan con capacidades técnicas operativas, conceptuales y metodológicas.

De cara al desarrollo de negocios sostenibles, la dotación de recursos económicos fue acompañada por el fortalecimiento de capacidades, dos caras de una misma monera que facilitan la sostenibilidad económica de los emprendimientos y que estos logren insertarse en las cadenas productivas. Para el financiamiento de productos artesanales se contó con un fondo rotatorio del Banco Produzcamos, dirigido a los emprendimientos culturales creativos y turístico.

Para la continuidad de las investigaciones culturales, se contó con una propuesta para la sostenibilidad del fondo de investigación desde la Bluefields Indian & Caribbean University, con miras a recibir fondos para una nueva edición de las investigaciones en un futuro inmediato. Por otro lado, a través de la Red de Centros Comunitarios de Cultura, se formalizaron e implementaron acuerdos entre los gobiernos regionales, el Instituto Nicaragüense de Cultura, el Ministerio de Educación, instituciones educativas y de investigación y la sociedad civil.

Después de la intervención, las instancias regionales, municipales y territoriales contaron con la experiencia e instrumentos de planificación necesarios para la gestión, conservación y resguardo de su acervo cultural, lo que les permitirá la continuidad de las actividades.