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Noviembre 8, 2016
Empresas en el corazón de los Objetivos de Desarrollo Sostenible



Por Paloma Durán, directora del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Septiembre de 2015 supuso una fecha clave en materia de empresas y desarrollo sostenible. Los 193 Estados miembros de la ONU adoptaron uno de los documentos más ambiciosos en la historia de la Organización: la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuevos temas y, también, nuevos actores se han situado en el centro de esta agenda. Y en este cambio de paradigma del desarrollo, las empresas han pasado de estar en la periferia de los procesos de cooperación al desarrollo, a situarse en el centro, en el corazón de la agenda.

Tradicionalmente, los agentes de cooperación han mirado a las empresas como un socio potencial o una fuente de financiación, pero hasta ahora habían sido pocas las experiencias de éxito con una involucración activa de las empresas desde el inicio al fin de proyectos de cooperación. Sin embargo, las empresas, desde las grandes corporaciones hasta las cooperativas y pymes, pueden y deben contribuir al desarrollo sostenible través de la innovación en nuevas tecnologías, productos, servicios y modelos de negocio. Esto puede contribuir decisivamente, por ejemplo, a extender el acceso a servicios básicos asequibles, facilitando la conectividad a internet, desarrollando tecnología de energías limpias, aumentando la productividad de las pequeñas granjas familiares o creando nuevas oportunidades de mercado para otras pymes y pequeños emprendedores. Esta visión del sector empresarial como actores clave del desarrollo es también el resultado del nuevo modo de entender la función que las compañías cumplen hoy en la sociedad, en particular, a través de los procesos de responsabilidad social y sostenibilidad impulsados desde las propias empresas.

Con la agenda ya plenamente en marcha desde enero del presente año, toca centrarse en resolver la doble-ecuación que supone este cambio de paradigma: avanzar en el conocimiento y la implantación de los ODS en el sector privado y encontrar las vías y herramientas para que empresas y organizaciones de desarrollo trabajen conjuntamente por el desarrollo. Ésta es precisamente una de las principales áreas que trabajamos en el Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para lo cual contamos con la experiencia compartida de nuestro Grupo Asesor del Sector Privado. Este grupo, formado por compañías multinacionales líderes de diferentes sectores, ha sido clave para identificar algunas cuestiones que actualmente están ocurriendo en torno a las empresas y los ODS.


Las empresas, desde las grandes corporaciones hasta las cooperativas y pymes, pueden y deben contribuir al desarrollo sostenible través de la innovación en nuevas tecnologías, productos, servicios y modelos de negocio

El sector empresarial ha respondido muy positivamente a la llamada de los ODS. En nuestro informe ‘Empresas y ONU. Trabajando juntos por el desarrollo sostenible’, presentado a finales de 2015, las compañías consultadas ya afirmaron su interés en ser parte del desarrollo sostenible porque éste es, a final de cuentas, un buen negocio. A lo largo de este año, hemos visto como cada vez son más las compañías que han comenzado a implantar los ODS en sus planes estratégicos de negocio.  El proceso, naturalmente, no está exento de desafíos. Muchas compañías aún se encuentran en fase de entender los objetivos en toda su plenitud. Otras, con sus procesos en marcha, encuentran dificultades a la hora de reconciliar criterios como la universalidad y la diversidad: las diferencias en normas, sistemas políticos, valores o legislaciones entre países y sociedades en ocasiones pueden suponer grandes obstáculos a la hora de implementar actividades de desarrollo. La definición de métricas e indicadores; el compromiso y la concienciación social o la fórmula de alianzas público-privadas con los gobiernos, completan el set de grandes retos a superar por parte de las empresas.

Alianzas público privadas

Favorecer las alianzas público-privadas es uno de los principales focos de trabajo del Fondo ODS. Para facilitar esta tarea tradicionalmente tan sensible, una primera conclusión a la que hemos llegado la creación de auténticas oportunidades de colaboración real. Co-crear, co-invertir y co-desarrollar proyectos de cooperación debe ser nuestro objetivo compartido. Esto nos permitirá incorporar nuevos procesos de trabajo, mejorar la eficacia, lograr resultados que son sostenibles en el tiempo y garantizar que las personas son actores de sus procesos de desarrollo.

Por ejemplo, en Perú llevamos a cabo proceso piloto para mejorar las condiciones de vida de los productores de quínoa. Aunque la demanda se ha quintuplicado en los últimos años, esto aún no se ha traducido en mejoras sustanciales de los pequeños productores y en particular de las mujeres. En Honduras, estamos promoviendo el turismo sostenible en colaboración con tour-operadores internacionales. O en Mozambique, estamos trabajando con industrias extractivas para crear más y mejores oportunidades de trabajo en las comunidades locales.

En síntesis, las oportunidades de colaboración en las que el trabajo conjunto entre Naciones Unidas y el mundo empresarial puede tener un impacto que trabajando aisladamente no podría lograrse. Las cadenas globales de valor tienen un gran potencial para promover el crecimiento económico inclusivo y reducir la pobreza. De cómo seamos capaces de trabajar conjuntamente - gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, empresas y organizaciones internacionales - dependerá en gran medida el mundo que tendremos en 2030. Es una responsabilidad compartida que ahora empezamos a tener oportunidades reales de ejercer y poner en práctica. Esto se traducirá en empresas más exitosas, sociedades más justas y un planeta más sostenible.

  

Ese artículo fue publicado originalmente en el número 49 de la revista 'Evolución'. Léalo aquí.