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Agosto 3, 2016
Construyendo un futuro paso a paso



Por Rosse Mary Andia  en entrevista con Sandra Villegas, comunicadora de la Oficina del Coordinador Residente de la ONU en Bolivia.

Rosse Mary Andia -Rosmery, como la conocen todos en Pocona- me recibe con sencillez en la cocina de su casa. Allí prepara una deliciosa cena para las dos, elaborada con productos de su propio huerto. La comida consiste en carote picado con cebolla, carne molida frita y arroz. Riquísimo. En el rato que compartimos, la ejecutiva regional de Valles del Municipio de Pocona (Cochabamba) y socia productora del Programa Conjunto 'Mejoramiento del Estado Nutricional de niñas y niños a partir del fortalecimiento de Sistemas Alimentarios Sostenibles Locales' me cuenta su historia, un inspirador relato de esfuerzo, valoración personal y lucha por salir a delante que paso a compartirles:

"Nací en Tiraque, en el municipio de Pocona, Cochabamba. Éramos doce hermanos en casa y vivíamos mal. Mi papá era muy machista, y en ese ambiente crecimos. Yo era tímida, no era nada sociable. Cuando te crían con miedo, te ocultas de la gente. Salía muy poco, ni siquiera conocía todos los departamentos de Bolivia.

Me junté con mi pareja a los 16 años, y lo hice para escapar de la violencia que vivía en casa. Pronto cumpliré 34 años, así que ya tengo 15 años de matrimonio. En 2006, nos fuimos a España buscando mejores oportunidades. Ya teníamos tres hijas, pero fue allí donde aprendí a ser fuerte. Trabajar duro, estar fuera de tu país y también superar los momentos de menosprecio y racismo por parte de algunas personas. Enfrentarme a estas situaciones hizo que decidiera valorarme más. Y luego de retornar a Bolivia, regresé a la escuela.

Mi educación en aquel momento era básica. Había estudiado sólo hasta primaria. Así que me matriculé en la Educación Alternativa y, en 2013, salí bachiller. Hasta entonces yo hablaba solo quechua, ahora leo libros, periódicos y documentos, escribo.

Esta confianza me llevó a participar en la comunidad. En 2011, empecé a formar parte de la Confederación de Mujeres Campesinas de Bartolina Sisa, donde fui ganando experiencia. En seis meses, me capacité como miembro de las bases de la organización. Fui aprendiendo de política y a plantear mis ideas. Después fui al congreso y salí elegida con el cincuenta por ciento de los apoyos. Además, desde hace año y medio lidero 24 sindicatos agrarios. Gané como dirigente y ahora trabajo para la comunidad. Me siento orgullosa, aunque estas tareas me obligue a trabajar incluso hasta las diez de la noche.

El pasado año nos contactaron desde el Programa Conjunto de la ONU. Nos contaron que nuestro municipio, Pocona, tenía un 27 por ciento de niños desnutridos. Me preocupé. Por eso decidimos unirnos para apoyar esta iniciativa. Empezamos trabajando en siete comunidades, aunque ahora todos quieren participar, porque han visto que hemos producido una maravilla. Los talleres de liderazgo en particular nos han ayudado mucho a organizar y orientar.

También me ha ayudado a mí. Participando en el programa me he capacitado en la producción agrícola usando abono orgánico, y gracias a él estoy produciendo alimentos en el huerto de mi casa sin usar químicos. Tengo sembrado carote, vainitas, remolacha brócoli, coliflor, repollo, pepino, rábano. También tengo semillas de apio, perejil y zanahoria.

Ahora, los papás y mamás de Pocona tenemos la expectativa de crear una planta de procesamiento de alimentos gracias al programa, que nos apoyará con el 40 por ciento, y los organizadores del municipio aportaremos el 60 restante. Con esta inversión inicial podremos empezar a producir alimentos para venderlos luego en los desayunos escolares del municipio. Produciremos hortalizas y verduras, cocinaremos arroz a la valenciana y contaremos con formación para nutrir mejor a nuestros hijos.

Esta es nuestra historia. Llegó el momento en que nos preguntamos: "¿Por qué no podemos mejorar?". Ahora estamos contentos con los resultados y nuestros niños están comiendo más sano. Creo que estamos avanzando".